APERTURA DE SESIONES ORDINARIAS

GOBERNAR PARA UNA COFRADÍA

CALOR Y SOPOR ENTRE PALABRAS VAGAS, CHICANAS BARATAS Y GRITOS GENERALIZADOS

El intendente municipal Víctor Aiola dejó inaugurado el año legislativo en las sesiones ordinarias del HCD. Leyó con mucha dificultad durante una hora y cuarto y a pesar de que la realidad no lo está acompañando lo hizo con la misma actitud de siempre: soberbio, burlón y chicanero.

Es un hombre que navega en muchas aguas a la vez. Tanto habla serio como pronuncia una frase con un nivel de cinismo cargado de violencia. Tanto habla suave como levanta la voz como si ella viniera de un espectro. Tanto habla de respeto como sonríe burlonamente mientras sabe que el poder de la palabra la tiene sólo él.

Devotos le quedan pocos. Y su gabinete soportó a regañadientes la sucesión de palabras que parecía no recordar haber escrito.

Emulando abanicos, los presentes se echaban aire a la cara mientras resoplaban con pesadez la coreografía obligada de la presencia.

En la voz habitaban los nervios que trabajaban aún más, cuando en algunos momentos era interpelado con gritos por los presentes. Los imponderables de siempre.

Provocó a la oposición porque sabía que no iba a poder hablar y cuando el primer concejal de la bancada del Frente de Todos, enojado, pidió la palabra con un golpe sobre la mesa, sonrió entre dientes y habló de falta de educación.

Lo que tantas veces se dijo desde algunos medios hoy se pudo confirmar en una hora y poquito. Desde el 2017 hasta acá la realidad no ha tocado al intendente. Siempre se ha movido en un universo paralelo, construido minuciosamente con una narrativa estudiada y con gestos grandilocuentes.

Con hombres así vamos perdiendo espacios de construcción política y ciudadana como es la apertura de sesiones del HCD. Todo quedó reducido a sostener lo insostenible. Cuando terminó la alocución le cantaron: mentiroso.

Hasta la próxima,

Ivana Jacobs

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