Pobre de aquel que quiera robarnos la ilusión

La scaloneta ya nos marcó para siempre.

Me niego a escuchar que alguien diga que el fútbol es sólo un juego.

Ya sean las tandas de penales o las maniobras estratégicas en el campo, el fútbol, al igual que los casinos argentina, es un mundo en sí mismo, donde la pasión, la estrategia y un poco de suerte se unen para crear momentos inolvidables.

Dejé muchas cosas de lado por jugar al fútbol; pero fueron muchas más las que gané. Amigas para toda la vida por ejemplo.

Cuando intenté darme un respiro seguí a Boca a todos lados que pude. La mejor colección de momentos me la dio el fútbol y pfff ¡cuánto queda por vivir!.

Ojalá que el domingo seamos muy felices, porque en Argentina muchas cosas son injustas, nos desilusionan y hacen que todo nos cueste el doble. Muchas cosas están manchadas, pero la pelota no.

Es un orgullo haber nacido en la tierra del Diego, de Lionel y de los pibes de Malvinas.

Pase lo que pase, la Scaloneta ya nos marcó para siempre.

Caro.

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